Alineación de Chakras


La Alineación es un ejercicio sencillo que puede practicarse diariamente. Su realización completa no insume más de 20 minutos, aunque puede extenderse por el tiempo que cada uno considere necesario, al igual que todas las prácticas y ejercicios que recomendamos. La máxima se aplica siempre: "Cuanto más Reiki, ¡Mejor! (en la modalidad que sea).
La idea es pensar sobre el sentido de este ejercicio que en principio parece sencillo pero que, al igual que cualquier práctica contemplativa, ofrece tantas vetas de análisis como ganas tengamos de profundizar en el trabajo.
Al abordar el concepto, surge la primera pregunta: Alineación… ¿Con qué? La respuesta inmediata es contundente: con nosotros mismos, claro!
Solemos decir que cuando la persona se encuentra en armonía con su propio ser, tiende a la salud y a la felicidad, por nombrar dos objetivos que consideramos más deseables al iniciarnos en la disciplina.
Teniendo siempre presente que el primer y más importante beneficio de canalizar Reiki es la canalización en sí misma, entendemos entonces que el estado de equilibrio interno resultante es el segundo beneficio inmediato de la realización del ejercicio.
Cuando estamos equilibrados, fluimos en el entorno que sea. El equilibrio nos permite pensar, sentir, decir y hacer de manera coherente. Y cuando estos factores fluyen de manera coherente, la acción es eficaz

Una interpretación tan buena como cualquiera es que la alineación parte del centro (par 4-4), y que ese centro está en el corazón. Llevamos entonces ambas manos al Chakra 4, que es nuestro centro de inteligencia emocional. Así, la técnica nos lleva progresivamente a reconocer y conocer nuestros propios sentimientos, a ponerlos en relieve y a actuar en consecuencia. Ir en contra de los propios sentimientos, aun cuando existan razones que consideramos válidas, es sumamente perjudicial.
Habiendo concentrado la energía en este punto, comienza el proceso de "afinación" del resto de los chakras, en consonancia con el corazón.

La segunda posición (par 6-4) requiere la elevación de una de las manos hacia
la frente, por tratarse del lugar que alberga el centro de inteligencia intelectual
(la mente). De este modo, se relaciona y equilibra directamente lo que sentimos
con lo que pensamos, tarea para nada sencilla. Este emparejamiento no
implica un necesario acuerdo entre ambos centros de inteligencia, pero sí el
reconocimiento mutuo sobre cuestiones que presentan distintos niveles de
antagonismo.

En la siguiente posición (par 6-3), buscamos alinear inteligencia con voluntad.
El Chakra 3 representa nuestro instinto de supervivencia, nuestra fuerza natural
más primitiva. Cuando la voluntad se alinea con la inteligencia el éxito de casi
cualquier tarea se encuentra casi asegurado, al menos en relación a los
factores que dependen de nosotros. Resulta muy difícil que factores externos
modifiquen el curso de acción elegido por alguien que sostiene un accionar
racional basado en su voluntad más profunda.
Sin notarlo de manera consiente, durante esta primera etapa del ejercicio hemos logrado establecer y fortalecer la conexión y reconocimiento entre los tres principales centros de inteligencia que nos constituyen: razón, sentimiento y voluntad.

A continuación trabajaremos la concordancia entre deseo y expresión (par 5-2).
Esta relación busca nada menos que armonizar nuestros deseos más íntimos
con la capacidad de expresarlos y obtener así su satisfacción. Cabe aquí
aclarar que deseo íntimo no hace alusión exclusiva a la cuestión sexual, sino a
todas aquellas cuestiones que nos resultan placenteras. Desde pequeños
somos condicionados para respetar parámetros o mandatos impuestos con los
cuales no estaríamos necesariamente de acuerdo. Identificar estas cuestiones
y lograr expresarlas es una verdaderamente difícil de encarar.

Por último, encaramos el emparejamiento de la raíz terrenal con la conexión
universal (par 7-1). Resulta realmente sorprendente considerar que nuestra existencia
constituye un nexo entre estos planos que -en apariencia- son tan distintos.
Pero esto no es descabellado de ningún modo: el plano material y el espiritual
están más conectados de lo que nos atrevemos a pensar; son distintas
manifestaciones de una misma existencia universal. Nosotros somos
manifestaciones múltiples de ambas existencias; somos espíritu y materia. Y
cuanto más trabajemos esta relación, más conscientes nos volveremos de esa
Realidad.
Es muy probable que jamás alcancemos la alineación absoluta y definitiva de todos estos centros, pero este hecho no debe de ningún modo interferir en la empresa. Aún así, trabajamos incasablemente para alcanzar ese objetivo.
Los invito a meditar y buscar sus propias conclusiones a partir de este sencillo,
práctico y básico ejercicio de primer grado de Reiki.
Nahuel Mugica